Lisboa es una metrópolis moderna, vibrante, con historias que van desde el Imperio Romano hasta los exóticos piratas bereberes. Pero lo que definitivamente atrae a miles de viajeros a Lisboa es su carácter bohemio e innovador. Si te estás animando a hacer un próximo viaje a la capital de Portugal, aquí tienes los lugares imprescindibles qué ver en Lisboa.
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Qué ver en Lisboa
Viajar a Lisboa es interesarte naturalmente por algunos de los lugares más emblemáticos de la capital lusa. A Lisboa se le conoce como La ciudad de las siete colinas o La Ciudad de las luces, ambos, adjetivos muy bonitos para una ciudad igualmente encantadora. Es una capital que merece mucho la pena en Europa y por eso les compartimos nuestros lugares favoritos.
La Torre de Belém

El punto más referenciado para visitar en Lisboa es la Torre de Belém, una torre de vigilancia ubicada en la desembocadura del río Tajo, construida en el siglo XVI, que muestra una verdadera fusión de estilos arquitectónicos, desde el mudéjar hasta el morisco, desde el gótico hasta el románico.
Es probablemente el monumento más emblemático de Lisboa. Se dice que fue lo último que el aventurero Vasco da Gama vio mientras se adentraba en el vasto Océano Atlántico.
Puedes visitar esta torre cualquier día de la semana de 10h a 18:30h de mayo a septiembre, el resto del año cierra una hora antes.
Barrio de La Alfama

El Barrio de La Alfama o Barrio de Alfama es un barrio antiguo con calles estrechas, serpenteantes y empedradas, donde se vive la cultura más auténtica de Lisboa. Aquí podrás ver algunas huellas que dejó el Imperio Romano, y antes de él, los moros.
Recorriendo las calles de este barrio te toparás con grandes monumentos de importancia histórica como La Catedral de Lisboa y algunas capillas con fachadas de azulejos en las esquinas. También verás casas con balcones de hierro, edificios con aire decadente, animadas plazas, tiendas y muchos lugares de alta calidad dónde probar la comida local.
El recorrido a pie por este barrio haciendo las paradas correspondientes puede tomarte unas 2 horas y 30 minutos.
Castillo de San Jorge

Es uno de los monumentos históricos más visitados en Lisboa. Se encuentra en la parte alta del barrio de la Alfama y es una edificación romana con más de 2.000 de antigüedad. Desde entonces, romanos, bereberes, caballeros de la reconquista y otros se han asentado en este histórico lugar.
Se trata de una estructura defensiva por excelencia rodeada por un foso seco. Puedes visitarlo cualquier día de la semana de 9h a 21h de marzo a octubre; el resto de meses cierra a las 18h.
Portas do Sol
Cerca del barrio La Alfama se encuentra el precioso mirador Portas do Sol, donde hay una terraza muy bonita para sentarte a desayunar mientras aprecias la vista más impresionante de Lisboa, desde las casas color pastel de La Alfama hasta el azul del Tajo de fondo cerrando el horizonte.
Además, muy cerca de este mirador se encuentra la Iglesia de Santa Luzia, que tiene un precioso jardín decorado con azulejos y que también es un buen mirador de la ciudad.
Monasterio de los Jerónimos

El Monasterio de los Jerónimos es una estructura arquitectónica que destaca por sus torres ornamentadas de gran talla, muy cerca de las orillas del río Tajo. Fue construido para conmemorar la época más gloriosa de Portugal, que se denominó “La era de la exploración”.
El edificio es precioso, resalta por la fusión de diseños arquitectónicos, conocida como estilo manuelino, que es un testimonio de las culturas encontradas por los exploradores de Lisboa. Para construir este edificio se utilizó dinero proveniente del comercio internacional de clavo, comino y especias exóticas de Portugal. Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Barrio alto
Es el principal barrio turístico de Lisboa y se nota cuando ves todas las terrazas, cafés y restaurantes que hay en el lugar. También si te gusta hacer turismo por las noches, el Barrio Alto tiene la vida nocturna más activa en la ciudad.
Se trata de un lugar de carácter bohemio, cuyos establecimientos comienzan a abrirse al público a penas por la tarde. Hay espacios maravillosos para probar un auténtico vino Oporto o bares y terrazas para probar la cerveza local.
Asimismo, si te gusta la música, encontrarás muchos artistas de música Fado en las calles y los establecimientos de este pintoresco barrio. Hay mucho arte en Barrio alto y los bares tienen un estilo muy desenfadado.
Padrão dos Descobrimentos, un monumento imprescindible qué ver en Lisboa

Este monumento llama a los de espíritu aventurero, pues se trata de un conjunto escultórico que conmemora a los exploradores portugueses. Es una escultura sobre piedra a la orilla del estuario del Tajo, creada a principios de 1960.
Padrão dos Descobrimentos es un testimonio de los éxitos de la exploración portuguesa durante la Era de los Descubrimientos. Si sabes un poco de historia, aquí podrás identificar algunas figuras legendarias como las de Vasco da Gama (un explorador de la India y Arabia) y el Príncipe Enrique el Navegante (un aventurero del Gran Mar de Arena).
Palacio de los Marqueses de Fronteira
Este palacio fue construido en 1681 y es un lugar imprescindible para hacer turismo en Lisboa porque tiene unos jardines realmente hermosos. Se encuentra a las afueras de Lisboa y es uno de los vestigios más apartados de la antigua gloria de la ciudad.
Como su nombre lo indica, esta fue en un inicio la residencia del Marqués de Fronteira, quien recibió su tierra y riqueza después de permanecer leal al nombre real portugués durante la Guerra de Restauración de mediados del siglo XVII. Si bien se encuentra fuera de la ciudad, llegar es muy fácil y es un destino que no te puedes perder si pretendes conocer Lisboa en tres días o más.
Otros lugares qué ver en Lisboa
Si planeas conocer Lisboa en tres días, aquí hay más lugares que puedes visitar y que seguramente te encantarán:
- Sintra: Sintra es otro de los lugares de encanto para los que hacen turismo en Lisboa. No está exactamente en la ciudad, sino a 30 minutos en coche de ella, y es un pequeño pueblo muy pintoresco que se encuentra en las Míticas Montañas de la Luna. Hay muchas cosas qué ver en este colorido lugar, desde iglesias barrocas, hasta antiguas mansiones y palacios de reyes.
- Museo Nacional del Azulejo: Portugal es un paraíso para los que quieren comprar cerámica y azulejos. La capital tiene precisamente este lugar dedicado a todo lo cocido en horno, narrando su importancia histórica y tecnologías asociadas. Podrás ver todos los tipos, tamaños y diseños de azulejos, y aprender sobre el desarrollo de los encantadores motivos que adornan las superficies de cobalto de este recinto.
- Oceanario de Lisboa: El Oceanario es uno de los lugares más interesantes qué ver en Lisboa. Se alza sobre las aguas azules del estuario del Tajo y alberga innumerables exhibiciones relacionadas con la vida marina. Más de un millón de personas visitan el oceanario cada año.
- Museo Nacional de Arte Antiguo: Alberga una prestigiosa colección de arte nacional, con piezas que van desde representaciones de santos piadosos de Nuno Gonçalves hasta retratos en claroscuro de Josefa de Óbidos. La mayoría de las obras corresponden a los siglos XVI y XIX que pasaron a ser de propiedad pública tras las Guerras Liberales que ocurrieron a principios de la Edad Moderna.
- Mercado da Ribeira: Es el mercado de alimentos más famoso de Lisboa. Encontrarás vendedores de frutas y verduras locales e importados en la parte baja, mientras que en la sección de arriba podrás recorrer los puestos de comida más modernos e incluso comida de vanguardia.
Qué hacer en Lisboa
Lisboa es, como dijimos en un principio, una ciudad vibrante, con cosas muy interesantes por hacer. Aquí dejaremos algunas actividades imperdibles que suelen hacer los viajeros.
- Pasear en el tranvía 28: Este icónico transporte se ha abierto camino por las empinadas calles empedradas y hacia el antiguo barrio de la Alfama durante décadas. El viaje comienza debajo de las colinas salpicadas de palmeras de Graça, y serpentea hacia los callejones de Escolas Gerais, y se detiene bajo las hermosas cúpulas de la Basílica de Estrela.
- Subir a los funiculares: Como Roma, Lisboa está construida sobre siete colinas, así que para facilitar el transporte hacia y desde los barrios de la ciudad, se crearon los famosos funiculares. Probablemente el funicular más popular sea el Elevador de Santa Justa hasta Chiado y el Barrio Alto; fue declarado monumento nacional y tiene una altura de 45 metros que permite tener una vista privilegiada del centro de la ciudad.
- Apreciar la vida local en la plaza Rossio: La plaza Rossio es el lugar donde transcurre la vida local de Lisboa todos los días. Su nombre formal es Plaza Pedro IV, y es el lugar marca el corazón de la Ciudad Baja Pombalina, que se extiende en amplios bulevares entre los ríos Tajo y Baixa. Es un excelente lugar para pasear y observar gente.
- Surfear olas en Caxias: Para los amantes del surf, el estuario del Tajo se encuentra con el océano Atlántico crea unas olas maravillosas. El agua es bastante fría, pero Caxias, al oeste del centro de Lisboa, ofrece una experiencia única a los surfistas. Además tiene algunos descansos desafiantes de izquierda a derecha y hay instructores de surf en caso de que quieras probar por primera vez.
- Regatear en la Feira da Ladra: El mercado de las pulgas en Lisboa ofrece un espacio para comprar baratijas y antigüedades extravagantes, curiosas y, a menudo, francamente extrañas.
Qué ver en Lisboa: Alrededores
En los alrededores de Lisboa hay muchos lugares interesantes qué conocer en dos días. Ya hemos mencionado el Palacio de los Marqueses de Fronteira y el pueblo de Sintra como lugares qué ver en Lisboa, aunque no están propiamente en la ciudad. Pero si no tienes demasiado tiempo para ir a las afueras de Lisboa, nos parecen igualmente lugares imprescindibles.
Ahora bien, en casa de que vayas a Lisboa por varios días, entonces puedes aventurarte a otros lugares interesantes como por ejemplo Tróia. Se trata de un conjunto de resplandecientes playas que se encuentran aproximadamente a dos horas de Lisboa y que merecen mucho la pena.
Son playas de arena suave, sol cálido y una sorprendente tranquilidad. Son el lugar perfecto para relajarse y disfrutar el aire fresco del litoral. Cerca se encuentra el Parque Natural da Arrábida, en los promontorios opuestos, mientras que los tours regulares salen de Tróia para avistar delfines mulares en el mar.
Y ya que has decidido darle oportunidad a las playas en Lisboa, el lugar más recomendable es la Costa da Caparica. Puedes ir en coche a través del Ponte de Abril sobre el río Tajo para llegar a este destino de verano. Las playas no son tan tranquilas como las de Tróia, pero sin duda hay más cosas que hacer porque son las más visitadas y más cercanas a la ciudad.
Qué comer en Lisboa
Lisboa también es un destino interesante en términos culinarios, sobre todo para los que aman la comida de mar. No te vayas de Lisboa sin antes probar los famosos pasteles de Belém, el vino Oporto, bacalao à brás, francesinhas, feijoadas y los mariscos. ¡Se come bien en Lisboa!
Y si te preguntas dónde comer en Lisboa, los siguientes restaurantes ocupan los primeros puestos en popularidad: Churrasqueira da Paz, Pao Pao Queijo Queijo (Belém), Crisfama, Floresta das Escandinhas (Rua Augusta), Restaurante Cerqueira, Cervejaria Trindade (Barrio Alto), Santa Clara dos Cogumelos (Alfama), Mercado da Ribeira y Cantinho do Bem Estar (Barrio Alto).
Nuestro intenso recorrido por la capital lusa llega hasta aquí, todavía nos faltaron lugares qué ver en Lisboa como el Museu do Oriente, el moderno Museo Colección Berardo o el Centro de Historia de Lisboa, pero si vas con suficiente tiempo, no los pases por alto. Lisboa es una de esas capitales a las que querrás volver en algún momento, así que si te faltan lugares por conocer, apúntatelos para visitarlos en una próxima oportunidad. ¡Buen viaje!