EuropaPortugal27 noviembre, 2020
Todo el mundo conoce el Algarve. O más bien, lo que uno concibe como Algarve: Lagos, Sagres, Portimao, Albufeira y demás. Sin embargo, la hermana oriental de esta zona de Portugal no se queda atrás con lugares increíbles que encontramos en el paisaje natural que llaman Ria Formosa.
Que si quieres playa, lo tienes, que si quieres comer un buen arroz de marisco, lo tienes, que si quieres ver un poquito de pueblos, lo tienes, ¿que quieres pasearte por un castillo? ¡También lo tienes! Amigo, el Algarve Oriental lo tiene todo. Sigue leyendo para saber y conocer cuáles son las 7 paradas más interesantes en esta parte desconocida del Algarve en una ruta que parte de Faro, conociendo los alrededores, y acaba en Tavira.
Contenidos
Faro
Ciudad de referencia para cualquiera que quiera conocer el Algarve, Faro es un must en toda ruta que se precie por el Sur de Portugal. Aunque a veces infravalorada y pensada como ciudad de paso, Faro ofrece numerosos atractivos y un ambiente bastante más portugués que el resto de localidades playeras de la zona.
Cidade Velha, Faro
Así, cuenta con un puerto deportivo, parques, plazas y un casco antiguo que merece la pena su visita. La visita a Faro se puede dividir en dos zonas: Cidade Velha, el casco antiguo, y la zona que la rodea.
En Cidade Velha es imprescindible la Sé, catedral del siglo XIII, y fuera del casco, la Igreja de Nossa Senhora do Carmo y la Capela dos Ossos, iglesia barroca que alberga en ella una capilla de huesos, al igual que la de Évora, con más de 1000 huesos y calaveras de monjes.
Después de la visita turística y de callejear por la zona interior a la muralla, la mejor zona en cuanto a ambiente es la del puerto deportivo. Hay numerosas terrazas y gran variedad de restaurantes y bares para todos los gustos. Quizás no sea lo más local o autóctono, siendo más bien una zona frecuentada por turistas y modernillos, pero es un gran lugar desde en el que puedes ver las luces de un atardecer único.
¿Quién va al Algarve y piensa en pizza? Nadie. O si me aprietas, el 5% de la población mundial. Pero si estás dentro de ese 5% y lo que quieres es una buena atención, un sitio animado, y una pizza más o menos decente a buen precio, vete a cenar a Café do Coreto, situado en primera línea deportiva. Por supuesto, una cuatro quesos que no falte.
Punto de partida para conocer el Parque Natural da Ria Formosa
Por otro lado, la ubicación de Faro la hace perfecta como punto de partida para ir a ver la parada estrella de esta zona: las lagunas del Parque Natural da Ria Formosa y sus playas, como las de la Ilha de Faro, en el suroeste, y las de la Olha da Barrera, en el sur. Estas lagunas se extienden a lo largo de 60 kilómetros desde el oeste de Faro hasta Cacelha. Debido a la importancia de las marismas para las aves migratorias y de cría, es fácil ver aquí una gran variedad de pájaros, gaviotas, patos, etc.
Praia da Falesia
Praia da Falesia
A 30 kilómetros al oeste de Faro, Praia da Falesia es una extensión de playa que va desde Praia Barrando das Belharucas hasta la ciudad de Vilamoura. De una belleza paradisíaca, gusta al que la visita primero porque es una playa sin rocas en la que se puede nadar bien y mucho, con un área de 5,5km de longitud, una de las más grande de la zona. Después, porque, siendo para mí el atractivo que más podría subrayar, esta playa está al borde de un enorme acantilado de tonos rojizos que se impone sobre el mar. Llama la atención las formas de la arena sobre el acantilado que caen hasta la arena del mar, así como los colores arcillosos que recuerdan al mismísimo Gran Cañón del Colorado americano. Salvando las distancias, claro.
En la parte de arriba del acantilado hay varias rutas para hacer tanto a pie como en bici, con unas vistas sobre el mar y el horizonte que desde luego no dejan a nadie indiferente. Si se quiere aprovechar al máximo la zona, lo suyo es hacer ruta circular y recorrer la extensión primero por la parte de arriba del acantilado, y después volver por la de debajo, aprovechando el mar para algún que otro chapuzón.
Olhao
Bonito, bonito, no es. PERO, no hace mal a nadie darse una vuelta por este pintoresco pueblo de casas de colores, callejuelas desgastadas en forma de laberinto y tejados planos de estilo árabe, dónde desde luego, no te vas a encontrar a turistas.
Por la parte positiva, en cuanto a comer, por restaurantes y bares, aquí no va a ser. Olhao, siendo el mayor puerto pesquero del Algarve, es conocido por contar con una excelente oferta de pescado. Esta vez hay que ir a la zona del mercado, situado en la avenida 5 de Outubre, donde se concentra el ambiente y los mejores restaurantes para los amantes del marisco. En una de las esquinas del mercado, con una terraza con vistas al mar, Cervejaria Olhão Marisco puede ser una buena opción para pedirse unas ostras a bastante buena relación calidad-precio.
Es además parada obligatoria, o al menos de paso, para coger el bote que lleva a la isla de Culatra, uno de los puntos estrella de esta ruta, y de la que hablo en el siguiente párrafo.
Ilha da Culatra
Al lado del mercado municipal de Olhao, se encuentra el muelle, desde donde zarpan los barcos para ir a la isla de Culatra, con parada en Culatra y en Farol, las dos partes de la isla. Coger el barco a la hora del atardecer es un espectáculo de colores digno de ver. Así como navegar entre las marismas que con la caída de las luces adquieren una belleza particular. Una fantasía en la que disfrutar sobre todo de la tranquilidad y la paz que solo la naturaleza puede ofrecer.
Atardecer desde el barco hacia Culatra
Después de un trayecto de aproximadamente 25 minutos, llegas a Culatra, un pueblo de pescadores de literalmente cuatro calles pero repleto de bares, ambiente y encanto. Generalmente los turistas e incluso los locales, van a la isla a pasar el día en la espectacular playa que hay al otro lado del pueblo. Sin embargo, un plan genial es acampar en la playa a la intemperie de las olas, y dormir al sonido del arrullo del mar. Eso sí, ojo con las olas que tiran que da gusto.
Parada gastronómica: Fialho
Plato estrella de Fialho y de esta zona de Portugal
De camino a Tavira desde Olhao, hay una parada imprescindible para comer en el restaurante Fialho. Los entendidos en la comida local dicen que es, sino el mejor, de los mejores restaurantes en preparar la especialidad de la zona: arroz de lingueirao (una especie de navajas). Lo suyo es llamar con antelación para reservar mesa ya que siempre está muy concurrido, aunque si vas sin reserva también se puede comer. Eso sí, la cola no te la quita nadie… pero merece la pena. El lugar está un poco en medio de la nada, lo que le da un encanto añadido, y además está justo al lado de una zona de marismas. Ideal para darse un paseo y bajar la comidita al disfrute de esta particular y bella manifestación de la naturaleza.
Tavira
Última parada de la ruta. Tavira, que está muy cerquita de Huelva, se extiende a lo largo de los dos lados del río Gilao, sobre el que hay un magnífico puente romano. Es uno de los pueblos más bonitos, no solo del Algarve sino también del sur de Portugal, o eso dicen. Su visita al final de esta ruta por el oriente del Algarve es una bonita manera de cerrar el trayecto.
Pasear por su casco antiguo lleno de callejones adoquinados es una delicia. De asentamiento romano primero, y árabe después, podemos ver en este paseo monumentos como la Torre Tavira, la Iglesia de Santa Maria do Castelo, la de Misericordia, las ruinas del castillo, la iglesia de Santiago y el Palacio da Galeria.
En cuanto a lo gastrónomico, ¿quién no ha ido al Algarve y no ha comido arroz de marisco? Se puede decir que entre todos los lugares en los que puedes degustar este maravilloso plato, Tavira es el punto clave, (después de Filhao, claro). ¿Dónde? La verdad que por doquiera que pasees vas a encontrar el cartel en prácticamente todos los locales del pueblo, sobre todo en la parte antigua.
Sin embargo, huyendo un poco de la masa turística, una opción muy digna es el Restaurante Avenida, cerca de la Iglesia de Sao Francisco. El arroz, que se ha presentado en el concurso nacional de “melhor arroz” en varias ocasiones, viene servido en una cazuela de barro de tamaño considerable. Junto con el arroz nos encontramos langostinos, cigalas, almejas y buey de mar en un caldo de tomate algo picante y decorado con el mítico cilantro que los portugueses tanto aman. Vamos, que no te vas a arrepentir.
Ilha da Tavira
Por último, el broche final lo pone la Isla de Tavira, una visita que está dentro de las 50 cosas que hacer en Portugal al menos una vez en la vida. A 3 kilómetros de Tavira, tenemos las increíbles playas vírgenes de Ilha Tavira. Al igual que Ihla da Culatra, Ihla Tavira pertenece al Parque Natural da Ria Formosa, aunque a decir verdad esta es más famosa y por lo tanto más concurrida por turistas. Ihla Tavira por su parte está compuesta por unas dunas y un bosque donde hay un refugio. ¿Lo mejor? También se puede acampar.
Praia da Ilha de Tavira
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