EuropaLuxemburgo21 diciembre, 2019
Muy buenas de nuevo. Seguimos con nuestro periplo de descubrimiento del país y (por ahora) la Villa de Luxemburgo. Hoy nos toca la Ciudad Baja, el Grund o Gronn.
Éste se articula en torno al cauce del río Alzette, a lo largo de su camino desde el Sur del país hasta el Norte. Allí finalmente vierte al Sauer, cerca de la animada villa de Ettelbreck. A su paso por la capital, el Alzette va dejando a su izquierda la Ciudad Alta (Uewerstad) y a su derecha primero Hamm y después el barrio financiero y europeo, Kierchbierg.
Contenidos
Distrito de Pafendall
Descenso e impresiones de Pafendall
Vamos allá: empezamos en la Ciudad Alta, en el parque Pescatore – familia clásica en la historia, la economía y la política de la Villa. Allí cerca del espectacular edificio de su Fundación, tomamos el ascensor panorámico de Pafendall, nuevo y que brinda magníficas vistas sobre el Valle del Alzette. Tras unos 70m nos baja al distrito del mismo nombre, que significa ‘valle de los monjes’. Esto es en alusión a la abadía de Neimënster – pero no nos adelantemos.
Distrito de Pafendall. Vemos el ascensor arriba a la derecha.
Pafendall es uno de los 24 Distritos (Quartiers) que integran la Villa de Luxemburgo. Se trata de uno de los menos poblados y más antiguos: los asentamientos en el Grund son anteriores a la fundación de la Ciudad Alta por Siegfried. La zona guarda su sabor a viejo, con construcciones en piedra y un conjunto de callejuelas intrincadas en la margen izquierda.
De la Tour des Bons Malades al parque Odendahl
Cruzando el río por uno de los numerosos puentes, destaca en la derecha la Tour des Bons Malades. En la Edad Media hubo una leprosería.
Tour des Bons Malades, antiguo puerta de Eech.
Echamos un vistazo hacia el Norte (barrio de Eech, con el bonito y acondicionado parque Laval), y seguimos contracorriente hacia el Sur. Primero la nueva estación ferroviaria de Pafendall, construida sobre todo para los ejecutivos que afluyen a Kierchbierg cada día. Después vemos la iglesia ortodoxa rumana ‘Natividad del Señor’, muy frecuentada por esta comunidad. En Luxemburgo un 48% de la población es extranjera, porcentaje que se dispara a un 72% en la capital.
En general esta parte del Grund es bastante tranquila, con casas bajas, pavimentos de piedras, y frecuentes accesos directos al río, así como puentes. Las pendientes a ambos lados del valle son relativamente abruptas.
Parque Odendahl
Y llegamos al pequeño pero bonito parque Odendahl, con varios terrenos deportivos.
Parque de Odendahl. Vemos las casamatas arriba al fondo.
Destaca la cascada que forma el Alzette – y que estos días de otoño / invierno viene bastante alegre.
Las cataratas del Alzette
Salimos del parque y pasamos bajo un viaducto de piedra, sobre el que circulan los ferrocarriles. A la izquierda encontramos una bonita ‘Hondhaus’ (casa del perro, probablemente relacionado con la caza) que hoy alberga un restaurante español, Bistró Podenco. No he estado, aunque tengo buenas referencias.
Albergue de Juventud
Y a la derecha, en la misma calle de Fort Olisy que nos lleva al Bock, vemos el Albergue de Juventud. Muy recomendable para alojarse y comer por poco dinero y a tiro de todo lo que hay que ver en el Grund y en la Uewerstad (Cuidad Alta).
El Albergue de Juventud, muy recomendable
Avenida Mansfeld
Pierre de Mansfeld
Pero el río no nos permite distracciones: tenemos que seguirlo y vamos a dar a la Avenida Mansfeld, en memoria del Gobernador de Luxemburgo Pierre de Mansfeld, quien ostentó este cargo cerca de 60 años (!). Principalmente por cuenta de Carlos I y Felipe II de España, quienes tenían los Países Bajos como posesiones personales. Hizo construir el castillo de La Fontaine en una explanada cercana al río. Ahora el área en torno a su castillo está en obras, pero la zona resulta agradable.
El cementerio alemán
Antes, si nos desviamos ligeramente del cauce por una de las callejuelas, saltamos 350 años y llegamos al cementerio alemán del Grund. Nada que ver con el espectacular cementerio americano a las afueras de la Villa, el alemán es de una austeridad extrema. Ellos perdieron la II G.M. Una visita distinta.
Sobriedad del cementerio alemán
Fin de la Avenida y llegada a Clausen
Siguiendo nuestra remontada del Alzette, remontamos igualmente el tiempo: la Iglesia de Santa Cunegunda – nombre de la madre y de la hija de Siegfried. Vemos cómo la Historia nos envuelve a lo largo de nuestro inocente paseo por el Grund.
Algo más mundano: vamos de bares. Y es que al llegar al meandro que hace el Alzette a la altura del parque de Mansfeld, se encuentra el barrio de Clausen. Una de las zonas de copas por excelencia en el Grund y en la Villa de Luxemburgo. Primero según vamos a la izquierda está el Britannia. Allí (lógicamente) los hijos de la Gran Bretaña se suelen concentrar; a menudo echan partidos de la Premier.
El Alzette llegando a Clausen. Vemos la Brasería Mansfeld, en memoria del gobernador.
En la misma calle, alejándonos ahora un poco del río, se encuentra la Peña del Real Madrid. (También hay en del Barcelona y del Atleti, por cierto).
Distrito de Clausen, el ambiente del Grund
Rives de Clausen
Volvemos a seguir fielmente el Alzette y tras la curva mencionada, entramos en ‘Rives de Clausen’ en el distrito del mismo nombre. Es una zona de bares; quiero decir: no hay viviendas, sólo bares y restaurantes. Lo único, alguna empresa por allí cerca pero en horarios incompatibles con el cachondeo.
Una vez accedemos al ´baródromo´, tenemos restaurantes para diversos apetitos y bolsillos, y bares para diferentes gustos musicales: rock, salsa, disco. En fin de semana resulta muy agradable, y entre semana no desmerece, gracias a la gran población flotante de Luxemburgo. Además, ésta suele residir aquí sin muchas ataduras.
Bares, qué lugares…
El ambiente comienza sobre todo a la hora de la cena (entre 19.00 y 22.00 más o menos) y luego cierra todo a las 3.00. A esa hora (también a la 1.00) un servicio de buses lleva a la ciudad alta, y a la mayoría de las ´Gemengen´ (Ayuntamientos). Existen también bastantes bares al otro lado del río. Pero sobre la juerga nocturna haré alguna entrega específica.
De camino a la Abadía de Neimënster
Dejamos los bares hasta entonces y tomamos una pasarela de madera que nos lleva al lado del río, y casi a su nivel. Con ello podemos disfrutar de su vista directa, así como de su fauna, principalmente los patos del Alzette. El paisaje es muy bonito, con vegetación a ambos lados, y el sonido del agua como fondo.
Seguimos el río, de Clausen a Neimënster
En torno a la Abadia de Neimënster
Bajo el mirador de la Corniche
Y finalmente el espacio se abre del todo, y ¡hop! estamos ante una explanada verde y cuidada, el río a nuestra izquierda, la pared del Bock con las casamatas a nuestra derecha, el puente Stierchen de frente dándonos paso a la abadía de Neimënster y allá al frente arriba… pues si habéis leído el artículo sobre la Ciudad Alta acertaréis sin dudar: el mirador de la Corniche. Sólo que ahora estamos abajo, en el Grund.
Bajo el mirador de la Corniche. Las casamatas, a nuestra derecha.
Tras unos minutos de disfrute de este panorama, vamos con el puente Stierchen. Del S. XVI, dos arcos dejan pasar al Alzette – en su día había unas rejas que descendían en caso de batalla. Para atravesarlo y poder así continuar nuestra ruta por el Grund el único camino a su vez es acceder al interior por la poterna. Ésta nos lleva a una escalera de caracol; de ella emergemos a la parte de arriba del puente y ya podemos pasar a la Abadía de Neimënster y continuar nuestro paseo.
El puente Stierchen guarda la Villa desde el S XVI
Pero antes, vemos unos jardines y los viñedos de la Villa, donde se obtiene un vino blanco (como la mayoría de la producción vinícola del país) utilizado para actos oficiales. También una escalera nos puede llevar arriba hasta el Bock si tenemos fuerzas para ello.
Los viñedos y jardines de la Villa
La leyenda de Siegfried y Melusina
Continuamos por esta misma margen y vamos a ver a Melusina. Y como lo prometido es deuda, ahí va esta historia verídica: estaba Siegfried a orillas del Alzette descansando de sus cuitas, cuando vio a una sin par doncella paseando. Quedóse el mozo prendado al instante y la pidió en matrimonio. Melusina – ese era su nombre – accedió con una sola condición: un día a la semana tenía que darle libertad completa, renunciar a verla esas 24h. Siegfried sin mucho pensar, aceptó.
Tras algún tiempo la curiosidad – o los celos – pudo más. ¿Qué podría Melusina estar haciendo todo ese tiempo? Se puso a espiarla por la cerradura. Cuál no sería su sorpresa al ver que salía del baño sin piernas, con una hermosa cola de sirena. Ella necesitaba durante un tiempo volver a su antiguo ser. Tal es la fuerza de la nostalgia y la identidad. Siegfried pegó un grito de sorpresa, y Melusina al oírlo se disgustó tanto que se arrojó de nuevo al Alzette para no salir más.
Bueno, hay quien dice que se la ve en ocasiones a orillas del río…
Melusina, aún dolida
Sobre la explanada de la Abadía
Volvemos sobre nuestros pasos y cruzando (ahora sí) el Stierchen llegamos a la Abadía de Neimënster. Ésta fue un edificio originalmente de uso religioso, luego cárcel de hombres y hoy en día dedicado a eventos culturales como exposiciones, teatro, y otras. Presenta una amplia explanada a orillas del río, con una prestigiosa Brasserie. Estos días se ha instalado una réplica del arco de Palmira, como homenaje al patrimonio cultural amenazado por las guerras.
Muy oportuno, pues Luxemburgo celebra estos días 25 años de su propia catalogación por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Hay que darse prisa: se desmontará en Febrero para ser erigido en otro lugar, pues se trata de un proyecto internacional.
Explanada de Neimënster, con la réplica de la puerta de Palmira
Iglesia de San Juan Bautista
Saliendo de la Abadía a la derecha se encuentra una iglesia que forma parte del mismo edificio: San Juan Bautista. Merece la pena por la ornamentación general y los vitrales. Como curiosidad la presencia de una Virgen con el Niño, ambos negros. Una teoría dice que se debería a un exvoto tras una epidemia de peste negra, pero no está claro.
Capilla en la Iglesia de S Juan Bautista, anexa a la Abadía de Neimënster
El Grund del Alzette a la Pétrusse
Desde el puente de Münster
Dejamos la Abadía y llegamos por una calle muy recoleta al Museo de Historia Natural, que merece la pena visitar. Comentar que anteriormente fue cárcel de mujeres y hospital. Esta zona tuvo un pasado algo tenebroso. De hecho, la casa del verdugo del Luxemburgo también estaba aquí en el Grund.
Siguiendo por esta calle llegamos al puente de Münster donde ‘hay que’ hacerse dos fotos. Una desde el mismo, y otra en la que salga el propio puente. Es una zona donde el río discurre tranquilo, lamiendo las casas.
Vista del Alzette, desde el puente de Münster
Y el propio puente tiene tela también. Por un lado, el pub ‘Scotch’ – sooo British…, una institución aquí. Resulta complicado encontrar sitio en la terraza en primavera y verano. En particular tiene una balconada que da sobre el río y donde recomiendo hacer lo posible por encontrar hueco.
Puente de Münster. A la derecha, el Scotch.
En el propio puente, a primeros de mayo, se celebra la ´Konscht am Gronn´ (Arte en la Ciudad Baja) una galería al aire libre con más de 30 pintores internacionales.
Y al otro lado, tenemos ya el ascensor de la Ciudad Judicial, por el que podemos subir y dar por terminado nuestro periplo por el Grund.
Por el Valle de la Pétrusse
Pero antes, seguimos un poco más por el río y a unos 100m, vemos la estruendosa confluencia de la Pétrusse y el Alzette. Seguimos a la derecha y entramos en el Valle de la Pétrusse, entre corredores, ciclistas y skaters que pululan por aquí.
Subiendo a la izquierda, iríamos a dar a la zona de la Gare (estación). A mitad de ascensión hallamos la capilla de San Quirino, no muy bien conservada pero curiosa de ver. Y siguiendo por la parte de abajo del Valle, llegamos al pie de la Gëlle Fra. Yendo más allá pasamos por debajo del puente Adolphe. (Ver artículo sobre la Ciudad Alta).
La curiosa ubicación de la capilla de San Quirino
Volvemos al pie del ascensor – aunque también podemos subir por la Montée (subida) du Grund que nos llevaría a la calle Large y finalmente al núcleo histórico de la Ciudad Alta. Pero como estamos cansados cogemos el ascensor y subimos a la Cuidad Judicial.
Una historia real
Anécdota final: al acabar el recorrido para preparar este artículo había un grupo de españoles arriba escuchando las explicaciones de un guía. Cuando terminó y según se marchaban, oí esta breve frase entre dos de los visitantes: ‘parece de cuento’. No sé exactamente a qué se referían pero poco importa, son muchas las cosas en esta Villa a las que se podría aplicar. Y no, no es un recurso literario: así ocurrió.
Espero que os haya gustado este recorrido por el Grund. Si así ha sido, nos citamos a la vuelta de Navidad para seguir descubriendo juntos el pequeño Gran Ducado de Luxemburgo.
Puedes pulsar en este enlace para diferentes actividades turísticas en Luxemburgo, como visitas guiadas, excursiones o traslados.
Os paso finalmente un enlace al conjunto de estos artículos sobre Luxemburgo.
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Asturiano-luxemburgués. Vivo en Luxemburgo desde 2011. A tu disposición para cualquier información para visitar, vivir y/o trabajar en el Gran Ducado.
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