Hay veces en las que no preparar un viaje en exceso hace que este sea mucho más divertido y sorprendente ya que no sabes lo que te espera ni lo que te puedes encontrar. Una de estas ocasiones fue nuestro viaje a Potes, pequeña localidad de Cantabría a los pies de los Picos de Europa nuestra referencia a la hora de encarar este viaje.
El turismo rural en Cantabria está muy arraigado y no podíamos dejar escapar la ocasión de disfrutar de unos maravillosos días por la zona. Potes es el pueblo más importante y allí establecimos nuestro campo base. A través de www.cantabriarural.com encontramos los Apartamentos Brisas del Deva un precioso lugar situado junto al río y con unas vistas de las montañas espectaculares. Un apartamento sencillo con una cocina-comedor a la entrada y dos habitaciones en la parte trasera del edificio es lo que nos toca. Cómodo, espacioso y muy completo nos vino de maravilla y disfrutamos de una estancia muy agradable en él.
Por suerte nuestro alojamiento se encuentra en la plaza principal en la cual es fácil aparcar y es que, aunque para visitar el pueblo de Potes no haga falta ni coger el coche, para poder disfrutar de las maravillas que se esconden en esta parte escondida de Cantabria sí que será necesario movernos con él. Poder llegar al Monasterio de Liebana o alcanzar el pequeño pueblo de Fuente Dé para poder subir con el teleférico a practicar algo de senderismo es algo que no te debes perder.
Lo más destacado de Potes es perderse por las callejuelas empedradas que tiene. Es espectacular recorrer este pueblo, tanto de día como de noche, disfrutando cada rincón y cada esquina. La tranquilidad, solo rota por el rumor del agua de los ríos Deva y Quiviesa, es la sensación que domina cada uno de estos rincones. Aquí se vive la historia y el pasado de sus gentes. Paseando por sus calles te remontas a épocas pasadas en las que, este lugar aislado por las escarpadas montañas y los angostos valles que lo rodean, permanecía bajo el influjo del Monasterio de Liebana mientras sus habitantes se dedicaban a cuidar de sus vacas en estos verdes prados o a fabricar su queso en las cuevas que por allí abundan.
Ya estamos en Potes. La segunda parte de nuestro viaje comienza. Dejamos las verdes praderas del Pais Vasco para adentrarnos en las altas cumbres de los Picos de Europa, los paseos por las calles de San Sebastián por rutas de senderismo por la montaña, los pinchos y el txakoli por el cocido lebaniego y la sidra. Comienza nuestra aventura en el mundo rural de Potes y Cantabria ahora que aún mantiene ese aura mística de pueblo perdido.