En ocasiones no hace falta irse muy lejos de la ciudad para encontrar un paraíso natural. Uno de los lugares que nos reconcilia con la naturaleza y que nos sorprende y maravilla. Muy cerca de la ciudad de Valencia, apenas a 10 kilómetros, se encuentra uno de los lugares con mayor riqueza medioambiental de toda la costa mediterránea. Un lugar tan bello como amenazado. Ese paraíso es la Albufera de Valencia.
Atardecer en la Albufera de Valencia – FOTO: @valenciaenamora
Aunque para muchas personas la Albufera de Valencia sea únicamente su lago, el más grande de España, pero hay mucho más que conocer de su entorno. Es un magnífico ejemplo de cómo debería equilibrarse la protección de la naturaleza con las actividades económicas humanas. Aunque ya adelanto que no siempre se mantiene en equilibrio.
Contenidos
EL PARQUE NATURAL DE LA ALBUFERA DE VALENCIA
El 8 de julio de 1986 se declara a la Albufera de Valencia por parte de la Generalitat Valenciana Parque Natural. A partir de este momento es cuando todo el entorno tiene una figura de protección para lograr que este lugar único no desaparezca.
Vamos con unos cuantos datos puros y duros: el Parque Natural de la Albufera de Valencia tiene una superficie total de 21.120 hectáreas, de las cuales unas 3.000 pertenecen al lago. Se extiende prácticamente entre las desembocaduras de los ríos Turia y Júcar. El Parque Natural comprende a 13 municipios: Valencia, Alfafar, Sedaví, Massanassa, Catarroja, Albal, Beniparrell, Silla, Sollana, Sueca, Cullera, Albalat de la Ribera y Algemesí. El lago pertenece en su totalidad al término municipal de Valencia. A pesar de estar muy próxima al mar, el agua del lago de la Albufera es dulce. El agua procede de diversos barrancos y ramblas que atraviesan los municipios que he mencionado, desaguando en la Albufera. Por su parte desemboca al mar mediante tres canales o golas, la de Pujol, Perelló y Perellonet. Actualmente tienen unas esclusas para controlar el nivel del lago y evitar que entre agua salada.
LOS DISTINTOS ECOSISTEMAS
Como ya has visto, solo una parte de la superficie del Parque Natural de la Albufera de Valencia es el lago. El resto de superficie se divide en distintos ecosistemas que conviven en equilibrio, mostrando una gran riqueza biológica:
LAGUNA
El lago de la Albufera de Valencia
La parte más conocida. Es un lago de muy poca profundidad, aproximadamente 1 metro de profundidad media. En sus aguas se crían dos especies de peces endémicos bastante amenazados, el samaruc y el fartet. Otras especies, de gran interés por su pesca son la anguila, el mújol y la lubina. La pesca se realiza de forma artesanal y su actividad está regulada desde hace siglos. La laguna sirve para que una importante cantidad de especies vegetales, sobre todo cañas y carrizos, crezcan y sirvan de cobijo a las aves que viven en el lago o bien pasan durante la migración.
RESTINGA
Es la barrera que separa el lago de la Albufera del mar Mediterráneo. Es una franja muy estrecha pero que permite que convivan varios hábitats. En primer lugar la Dehesa (devesa en valenciano), en El Saler, un bosque mediterráneo mayoritariamente de pinos y arbustos. Por otra parte un cordón dunar que ha permitido la pervivencia del lago. En las dunas y entre ellas crece vegetación que sirve para fijar la arena y para que vivan algunas especies animales. Por último la playa, que además de su importancia natural, son muy valiosas desde el punto de vista turístico y social.
MARJAL
El marjal es la parte más extensa del Parque Natural de la Albufera. Aquí se incluyen los extensos arrozales que rodean al lago. El cultivo del arroz es una de las actividades económicas más importantes que se practican en el interior del Parque Natural de la Albufera de Valencia. Hace siglos el lago de la Albufera llegó a tener una extensión diez veces mayor que la actual, llegaba hasta Sueca, pero la colmatación para obtener terrenos de cultivo hizo que poco a poco se redujera drásticamente la superficie del lago.
Esta actividad además ha creado numerosos canales y acequias para permitir el riego de los arrozales, que aportan una cosecha al año. Esta actividad conlleva que una enorme cantidad de especies se aprovechen. Desde insectos y pequeños crustáceos que viven en las tierras inundadas y sirven de alimento a algunas aves, hasta roedores que se alimentan de los tallos de las plantas de arroz.
Otro elemento singular son los manantiales de agua dulce, denominados “ullals” (en valenciano significa “colmillo” ya que parece que salga de un lugar donde se haya clavado uno). Por último destacar la única zona elevada de todo el Parque Natural de la Albufera, la Muntanyeta dels Sants (Montañita de los Santos) una colina de apenas 27 metros de altura en el término municipal de Sueca. Desde lo alto, junto a la Ermita de los Santos de la Piedra, Abdón y Senén, se divisa una panorámica fantástica de toda la Albufera.
QUÉ HACER EN LA ALBUFERA DE VALENCIA
EL CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL RACÓ DE L’OLLA
Nada más tomar el desvío hacia El Palmar de la carretera CV-500, que atraviesa de norte a sur todo el Parque Natural de la Albufera de Valencia, se encuentra el Centro de Interpretación del Racó de l’Olla.
Este Centro de Interpretación no es interesante sólo porque podamos conocer la historia de la Albufera de Valencia y los detalles del Parque Natural. Además es una reserva natural de unas 50 hectáreas destinada a la conservación de la biodiversidad.
Tiene una laguna de unas 5 hectáreas y un sendero botánico. También hay zonas para el avistamiento de aves, una delicia para los amantes del birdwatching. Es recomendable llevar unos prismáticos o cualquier elemento que permita una visión más cercana de los animales sin llegar a molestarlos. Los mejores meses para acudir son los de invierno, ya que es la época de nidificación, y los meses de primavera, cuando hacen “escala” en su tránsito migratorio.
El edificio del Centro de Interpretación también tiene una torre-mirador, que ofrece una visión panorámica del entorno del Parque Natural. En el exterior hay mesas de picnic, para poder hacer un alto en la visita al Parque Natural.
El Centro de Interpretación del Racó de l’Olla abre todos los días de 9:00 a 14:00, excepto los días 1 y 6 de enero, y 24, 25 y 31 de diciembre. Para llegar puedes ir con tu vehículo privado (cuenta con un aparcamiento bastante amplio) o en autobús público (EMT) con las líneas 24 y 25 que salen de la plaza de la Porta del Mar, en el centro de Valencia, y tienen parada en el cruce de la CV-500, a unos 50 metros de este edificio.
UN PASEO EN BARCA POR LA ALBUFERA DE VALENCIA
¿Un paseo en barca por la Albufera de Valencia? – FOTO: @valencia_secreta
Una de las actividades más chulas es realizar un paseo en barca por la Albufera. En todo el perímetro del lago hay numerosos puertos fluviales desde donde embarcar. Pero el más famoso se encuentra en el kilómetro 10 de la CV-500, junto a la Gola de Pujol. Tened mucha precaución porque es un punto bastante peligroso por la cantidad de tráfico que se concentra en pocos metros.
Los paseos son bastante baratos, unos 4 los adultos y 2 los niños. La duración del paseo es de alrededor de tres cuartos de hora. No os recomiendo ir en época de frío, ya que a bordo corre bastante brisa. Si hace un poco de calor mejor. La primavera es una buena época tanto por la temperatura como por la cantidad de aves que podréis ver.
En la barca suele ir a bordo un guía, o el mismo barquero que os cuenta un montón de cosas acerca del lago, de los animales. Se lo conocen perfectamente. Además a bordo también tienen planos del Parque Natural, guías y ficha con la fauna y flora que nos encontraremos durante el recorrido. Para los niños es muy interesante y están muy atentos a todas las explicaciones.
Antes la navegación se hacía a vela, con barcas de vela latina, y se ayudaban de la percha, una vara larga que clavaban en el fondo de lodo del lago para impulsar la barca. Actualmente la navegación se realiza a motor.
El embarcadero junto a la Gola de Pujol también es muy conocido porque tiene unas vistas insuperables del atardecer en la Albufera de Valencia. El cielo suele estar “en llamas” y el lago se convierte en un espejo que refleja el cielo. Un auténtico espectáculo.
VISITAR EL PALMAR
Al sur del lago, a orillas del mismo, se encuentra El Palmar. Este pueblo, que en realidad es una pedanía de la ciudad de Valencia, tiene a gala ser considerada la cuna de la cocina tradicional valenciana.
A pesar de su escasa superficie, algo más de 3 kilómetros cuadrados, encontramos cerca de 20 restaurantes dedicados a la gastronomía valenciana. No os aconsejo ir los fines de semana, ya que si no tenéis una reserva previa es bastante difícil encontrar mesa para comer. Mis preferidos son tres: Canyamel, Maribel y Bon Aire. Pero no tengo duda que en cualquiera podréis comer de maravilla.
LA COCINA TRADICIONAL VALENCIANA
Una rica paella
Dos son los platos que debéis probar si acudís a alguno de los restaurantes de El Palmar. En primer lugar, y casi como una obligación, la paella valenciana. La VERDADERA paella valenciana. Con carne de pollo y conejo y verduras. Ni marisco ni pescado. Con garrofon, judía verde plana (bajoqueta, ferradura, roiget,…) y tomate. Ni guisantes ni pimiento. Mucho menos cebolla, un pecado capital que merece la más atroz de las torturas. Arroz redondo o bomba, nada de arroz largo o basmati. Aunque la discusión acerca de los ingredientes “canónicos” de la verdadera paella no ha acabado (ni acabará por los siglos de los siglos).
El otro plato tradicional es el all-i-pebre. Es un guiso con patatas, ajo (all), pimentón (pebre), guindilla y anguilas. Sí, anguilas. Un pescado que es bastante feo pero muy fino y sabroso. Este pescado se pesca desde tiempos inmemoriales. Este plato también se venera en Valencia, y antes se reservaba para fechas especiales (en mi familia se cenaba en Nochebuena, por ejemplo).
Además en El Palmar todavía quedan en pie algunas barracas, la casa tradicional valenciana. Aunque estoy convencido de que alguna vez habéis visto alguna, pero bueno, es una casa sencilla hecha con muros de adobe encalados y con tejado a dos aguas cubierto de cañas. Algunas tenían un muro curvo para evitar daños por las rachas de viento fuerte que en ocasiones sopla.
EXCURSIONES
La gran extensión del Parque Natural de la Albufera permite que haya varias rutas que lo recorran. Estas rutas se pueden realizar en coche, en bici o incluso a pie.
Las rutas más cortas no llegan al kilómetro. Una de estas rutas es el sendero en el Centro de Interpretación del Racó de L’Olla y otra es un paseo ecológico en paralelo a la Gola de Pujol.
Por la Dehesa hay varias rutas que recorren los distintos espacios. Por una parte el paseo que discurre en paralelo al cordón dunar y por otra los diversos senderos que se adentran en el bosque de la Dehesa observando las diferentes especies.
Hay diversas rutas que recorren el marjal. El más completo, de unos 25 kilómetros de longitud, parte de El Palmar llegando hasta la Muntanyeta dels Sants a través de caminos que transcurren junto a los arrozales y las acequias.
También los diversos municipios cuyo término municipal se encuentra dentro del Parque Natural de la Albufera han diseñado rutas que recorren diversos caminos, senderos o lugares de interés.
Por último una última ruta, la más larga, de 78 kilómetros que desde Valencia rodea completamente el Parque Natural de La Albufera de Valencia. Solo se puede realizar en bicicleta o andando, ya que recorre caminos no asfaltados, por lo que solo son aptas para muy valientes.
LAS AMENAZAS
Ya he comentado en un par de ocasiones al principio de este post que el equilibrio ambiental de la Albufera de Valencia es muy frágil. Los grandes responsables son los seres humanos, evidentemente. La declaración de Parque Natural, y la posterior declaración como Humedal de Importancia Internacional en 1990, frenó la degradación de este enclave natural.
En primer lugar la contaminación de sus aguas, que ha supuesto un grave peligro para la vida tanto de animales como de plantas que subsisten del lago. Aunque los vertidos están bastante controlados, la intensa actividad industrial alrededor del lago hace que personas con pocos escrúpulos estén dispuestas a seguir contaminando.
La falta de lluvias y de aportes de aguas también pone en peligro la supervivencia de la Albufera. En parte se debe de recurrir a trasvases para asegurar un nivel mínimo del lago.
Otro de los graves peligros es la colmatación del lago. Además de los provocados por el hombre, los arrastres de tierras y sedimentos están consiguiendo que el lago cada vez tenga menor profundidad. El dragado es muy difícil y probablemente causará más problemas que beneficios.
Por último un peligro que siempre está latente, la presión urbanística. Esta es una zona muy deseada por los constructores. Ya en los años 70 un importante movimiento social impidió que se llevarán a cabo los planes urbanísticos proyectados, de los que solo se construyeron unas cuantas torres. Hace no muchos años hubo planes para construir nuevos bloques pero la crisis económica se los llevó por delante.
Como veis la Albufera es un espacio apasionante. Un auténtico paraíso junto a la ciudad de Valencia. Un ejemplo de cómo diversos hábitats pueden vivir en equilibrio. También un ejemplo de prácticas que las personas debemos de frenar si queremos seguir disfrutando de un espacio natural único.
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