La tarde cae sobre el Vallnord Bike Park. El sol comienza a desaparecer tras las montañas. Desde lo alto del Pic del Cubil, enfundado en una casaca de manga larga, con una coraza protectora y con una bici de descenso me encuentro mirando al infinito. El tiempo se detiene. La brisa que corre en estas alturas hiela mi cara. No se el tiempo que llevaré aquí mirando las montañas que cada año se visten de blanco al llegar el frío. Ahora no quedan rastros de esa estación de esquí, tan solo las pistas marcadas entre el bosque de Pal. La soledad de la montaña domina el ambiente. Abajo queda el precioso pueblo que da nombre a la zona. Más abajo todavía, La Massana, nuestro destino, nuestro punto final, el lugar al que deberemos llegar para devolver las bicis de descenso y el equipamento que hemos alquilado esta mañana.
Unos pocos locos llegan a través del telecabina pero no, no vienen con esquís. En estas fechas las bicis se adueñan de la montaña. Ahora no se habla de palilleros o «culosmojaos», de tablas o de esquís, de nieve polvo o de nieve pastosa. No, ahora toca disfrutar de uno de los mejores Bike Park de Europa. Y sí, estamos en Vallnord, un lugar que cada año, cuando se retiran los últimos restos de nieve en la zona de Pal, comienza una vertiginosa carrera para poner a punto las pistas que verán como miles y miles de aventureros esparcen su adrenalina por estas montañas. Las pistas por las que en invierno desciendes con los esquís ahora las disfrutas recorriéndolas sobre una bici de descenso gracias al gran trabajo de los miembros de la estación.
La mañana la hemos comenzado alquilando las bicis en el Pic Negre de La Massana, dos espectaculares Commencal más la coraza, el casco y unas espinilleras, con las que hemos subido hasta Pal gracias al Telecabina que une La Massana y el Vallnord Bike Park que ocupa la montaña de Pal. Sorprende la primera vez que llegas, te bajas del telecabina y, al contrario que otras veces cuando sales en busca de la nieve, ves las montañas con una amalgama de verdes maravillosos. Si en invierno la imagen que se disfruta desde la terraza de acceso al telecabina es impresionante no lo es menos cuando llegas en verano y ves el esplendoroso bosque que allí se encuentra, divisando perfectamente todas las pistas de esquí y el Pic del Cubil.
Para comenzar nuestra aventura por el Vallnord Bike Park comenzamos bajando por la Verdet, la pista más sencilla, que sirve para comenzar a soltar adrenalina y comenzar a familiarizarse con la bici de descenso. Radios de giro, frenos, pasos por curva, chorradas fáciles y sencillas al tiempo que te introduces en los bosques de Pal buscando soltar un poco de adrenalina. La pista es sencilla pero disfrutona para comenzar. Se accede a ella tras descender un poco por la carretera. Gracias a la excelente señalización del Vallnord Bike Park es fácilmente localizable. Esta pista te dejará a los pies del Telesilla La Serra II, el telesilla más importante de Vallnord en invierno, desde el que acceder al Pla de la Cot que es donde está el inicio de la gran mayoría de pistas de descenso.
Aunque solo sea por añoranza del invierno y la nieve la siguiente pista que hacemos es La Serra, una pista fácil que te permite estirar piernas que te llevará hasta La Caubella. El conjunto de Verdet y la Serra es el lugar indicado para comenzar en esta disciplina de descenso que, día a día, está ganando más adeptos. Y es que eso de subir con un telesilla sin tener que dar pedales para solo tener que bajar mola, ¿a que sí?. Así volvemos al punto de partida y, de nuevo, tenemos que ir hasta el Telesilla de La Serra II pero esta vez le ponemos un puntito más de emoción y, en lugar de ir rodeando el bosque por La Verda, lo hacemos a través de él adentrándonos en la Carbonera, también puedes hacerlo por la Fourcross pero, curiosamente, es una pista por la que nunca he pasado y, por tanto, no se como es. La Carbonera es, posiblemente, la mejor pista para adentrarse ya en terreno complicado. Pese a que su nivel de dificultad aumenta es una pista que ya comienza a dejarte ver lo que se sentirás un poco más adelante. Ya notas que vas más tenso que por las dos verdes y eso se agradece.
De nuevo en el Pla de la Cot, y ya habiendo calentado, no queda más remedio que buscar el Telesilla del Cubil para acceder a la zona más alta de la estación y disfrutar de las pistas que más me gustan. Primero toca bajar por Corpalanca, una pista preciosa y revirada, en muchas zonas, que te pondrá a prueba. Curva, contracurva, bosque, arbol, raiz, salto… una serie de elementos naturales perfectamente situados que hacen que esta, a pesar de no ser la pista más difícil, si que sea mi pista preferida del Vallnord Bike Park. Tras descender por ella llegas a Fontanals donde coges el Telesilla hasta el Pic del Cubil desde donde parte la famosa Maxiavalanche, carrera que da nombre a la pista o pista que da nombre a la carrera. Sea que lo que fuere prepárate a disfrutar del DH en todo su esplendor y es que esta pista y, sobre todo la del Cubil, van a ponerte a prueba y a hacer la saltar la banca de tu adrenalina. Dos pedazos de pistas solo aptas para gente dispuesta a arriesgarse por estas sendas en las que vas a tirar de freno, erroneamente, más que lo que deberías pero que te dejan una sensación tran grande que harán que desciendas una y otra vez por el Cubil.
Pero todo lo bueno tiene un final y tras pasar un extraordinario día en el Vallnord Bike Park toca regresar al punto de partida. Desde lo alto del Cubil, donde el frío de la noche ya comienza a notarse, bajamos encadenando Maxiavalnache, Skippy y una nueva pista, la Old School, que une la Caubella con La Massana sin necesidad de coger el Telecabina. La Old School es una pista complicada, metida en el bosque, en la que, al menos en mi caso, sufro más que disfruto mientras bajo. No acabo de cogerle el puntillo pero me gusta por que supone un reto importante cada vez que voy.
Y se acabó el día en el Vallnord Bike Park. Nos hemos dejado algunas pistas, las más complicadas para otra ocasión, pero hemos disfrutado una barbaridad. Hemos gozado de la montaña sobre una bici, hemos disfrutado con las maravillosas vistas que ofrece Pal aunque no tenga nieve y hemos estado sufriendo los más de 1.000 metros de desnivel gracias combinando estas pistas de dificultades distintas, pero bonitas todas ellas, sintiendo como la adrenalina se apoderaba de nuestros cuerpos y nos pedía más y más cada vez que finalizabamos una bajada. Así, ahora, sentados en la terraza junto al río disfrutando de una cerveza en el Black Bull de Arinsal, mientras hacemos tiempo para ir a cenar al Surf, nos damos cuenta por qué nos encanta la bici, por qué nos gusta la montaña y por qué el Vallnord Bike Park es un lugar que deberíamos visitar cada año. Y es que, aunque para muchos la montaña se acaba cuando no hay nieve, cada vez somos más los que nos damos cuenta que Andorra no solo esta viva en invierno.