Hoy es mi primer día en la costa oeste de Estados Unidos, esa a la que todos me han dicho que tenia que venir. El día amanece frío y nublado, con el suelo mojado y con pinta de que la lluvia me va a acompañr durante mi primer día en San Francisco, por lo que tomo la decisión de irme de visita a Alcatraz, la mítica carcel de la que nadie podía escaparse hasta que, el 12 de junio de 1962, Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin perpetraron una de las fugas más famosas de la historia. De camino al puerto para cojer el barco que me llevará hasta la prision de Alcatraz paso por la estación del tranvía de Powell Street, que está bastante cerca del San Francisco Downton Hostel y veo el ritual de como cambia de sentido el tranvía. Aprovecho para subirme en la parte de fuera del tranvía, craso error, ya que llego a final del destino helado de frío. Quien me mandaría ir de valiente y ponerme fuera… El tranvía me deja cerca del puerto, un poco más arriba del Pier 39, al que llego paseando y que es bastante bonito, con una colonia de focas que me recuerda a las que vimos en Escocia. Voy paseando por el puerto hasta que llego a la zona donde parte el barco hacia Alcatraz. En el trayecto, de unos 10 minutos, que aprovecho para tomar unas cuantos fotos desde fuera del barco de la bahía de San Francisco y del Golden Gate y para dentro, que no veas la rasca que hace en esta época en el mar.
Nada más llegar a Alcatraz nos recibe un guarda forestal y es que, Alcatraz, se convirtió en un parque nacional de los Estados Unidos en 1972 pasando a formar parte del Parque Nacional del Golden Gate. El guarda nos explica un poco lo que podemos y debemos hacer en la isla para salir de ella sanos y salvos. Lo primero que se debe hacer es ver un video sobre la historia de la isla de Alcatraz, de unos 15 minutos de duración y realizado por el Discovery Channel, con el que te haces una idea de lo que fue esta isla y de la importancia que tenía. Después se accede a la propia zona de la cárcel. En este momento hay que coger la audio-guía, en español o en el idioma que se quiera, y adentrarse en las entrañas de la cárcel en la que estuvo Al Capone. La verdad es que la visita está muy chula, la audio-guía es muy buena y hay partes que las conservan tal cual, como las celdas de la fuga llevada a cabo por Frank Morris, John Anglin y Clarence Anglin, la más famosa de la historia de Alcatraz, en la que se fugaron haciendo un agujero en la pared con una cuchara de metal soldada con plata de una moneda de diez centavos, en la que se fabricaron sus propias cabezas o utilizaron impermeables para poder construir una balsa y conseguir alcanzar la orilla de San Francisco.

La visita es larga y ocupo en ella toda la mañana, por lo que cuando vuelvo a puerto busco un sitio para comer en el Pier 39 y me cojo el tranvía de vuelta al centro de la ciudad para llevar a cabo una serie de compras de cosas que necesito. La verdad es que perdí toda la tarde buscando un Sport Basement en el que comprarme una tienda de campaña para mi viaje pero no la encuentro por cometer el fallo de no darme cuenta que no estaba en Mason St. sino que estaba en Old Mason St. calle que, en lugar de encontrase en el centro de San Francisco que era donde yo estaba buscando se encontraba en las afueras de la ciudad, por lo que regreso al hostel al final de la tarde para cenar, u sandwich que compro en los supermercados Wallgreens, unos supermecados rarísimos en los que encuentras de casi todo. Así que ceno y me acuesto pronto que la visita a Alcatraz ha hecho mella en mis fuerzas y me tengo que reponer que aún quedan muchas cosas por ver en esta maravillosa ciudad que es San Francisco.