Me levanto con un fuerte dolor en el tobillo. Lo tengo inflamado. El tibial no perdona y duele un montón. Unos estiramientos específicos, un ibuprofeno y pronto, a las seis, estamos en marcha camino de Estella. El sevillano no va. El dolor que tiene es insoportable. Ya son dos días con dolor y no quiere tomarse nada lo que hace que comencemos la etapa viendo como nos adelanta todo el mundo. Vamos a un ritmo muy lento por su lesión, la mía y la difícil subida que sorprende a todos los peregrinos a los pocos kilómetros de abandonar Puente la Reina. Nuestro objetivo inicial es Cirauqui en el que pretendemos pasar por el consultorio médico.
Llegamos pasadas las ocho de la mañana. Son poco más de ocho kilómetros y hemos hecho más de dos horas. Lentos para el ritmo que llevamos otros días pero, teniendo en cuenta cómo vamos… Pero la sorpresa nos la llevamos allí. El consultorio médico está cerrado y no tienen previsto abrir ya que están de fiestas en Estella y parece que aquí se para el mundo por ello. Así que en vistas de no tener medico y del dolor que lleva el sevillano en el tobillo este decide retirarse. Una pena pero esto es lo que hay. Nos despedimos y me uno a dos valencianos que también van con problemas. Ya tuvieron que bajar el Perdón en coche y hoy han enviado las mochilas en taxi. Todo para poder llegar a Logroño que es donde tienen el coche.
Desde Cirauqui hasta Villatuerta hay unos 10 kilómetros bastante feos por ir junto a la autovía aunque cómodos, a excepción del tramo de calzada romana que a mi me destrozan los pies llenos de ampollas, con subidas y bajadas sin mucha pendiente y en el cual puedo recuperar parte del terreno perdido mientras la gente a la que voy dando alcance va preguntando por el sevillano, temiéndose lo peor, al verme solo. Y es que llama mucho la atención la piña que se hace aquí entre gente que ni nos conocemos. Una retirada, sea de quien sea, siempre es una mala noticia y la baja de alguien del grupo más aún. El ambiente peregrino es, sin ningún lugar a dudas, lo mejor del Camino de Santiago. Desde Villatuerta quedan unos 4 kilometros horribles entre el calor que ya se nota
y la entrada horrible hasta Estella que parece que nunca llegue y que tiene unas bajadas horribles para mis maltrechos pies. Cada piedra se me va clavando en las ampollas y hace que la bajada hasta el pueblo se haga eterna. Por suerte unos petardos indican la cercanía del pueblo que no se ve hasta prácticamente estar encima, lo que hace que, pese a ser el único día en el que noto que las fuerzas comienzan a fallar, apriete los dientes todo lo necesario para poder llegar al albergue municipal que se encuentra a la entrada del pueblo tras pasar por la Iglesia del Santo Sepulcro. 7 euros, sello en la credencial y a descansar después de una reparadora ducha de agua fría que hace que se relajen mis músculos y mis pies.
Estella está de fiesta lo que hace que nos juntemos unos cuantos para pasear por la tarde por sus calles. El ambiente que se vive en este pueblo es espectacular y eso que ya llevan unos cuantos días. Estella es precioso, poco a poco voy recordando aquellos lugares por los que estuvimos con las bici, aquel bar en el que almorzamos, el parque en el que paramos a descansar, en fin, un pueblo precioso en el que me vinieron a la mente recuerdos de mi anterior viaje por el Camino de Santiago. La pena es no tener aquí la bici y tener que andar por que los dolores aumentan a medida que pasan los kilómetros. El tibial continua hinchado, las ampollas continúan enfriándose y me toca andar como un pato. Cojo pero ahí voy hinchado de moral y de ganas por llegar a mi nuevo objetivo que es Logroño. La idea de León la dejo aparcada ya que no puedo seguir mucho más así.
Tras dar una vueltecita por el pueblo volvemos al albergue a cenar. Hacemos cena en la cocina y degustamos un maravilloso plato de pollo que hace Juanvi. Una cenita rodeado de peregrinos con los que charlar, comentar cosas sobre el Camino de Santiago y preparar las próximas etapas ya que hay un dilema. Quedan dos etapas para llegar a Logroño y una tiene que ser larga y otra corta. Nuestra idea es hacer mañana hasta Torres del Rio en lugar de quedarnos en Los Arcos y así tener un día final más tranquilo hasta Logroño. Ya veremos, el Camino nos marcará nuestro destino pero de momento nos vamos a dormir. Mañana será otro día complicado por el calor.