Al día siguiente, ya con la luz del día, me fui a desayunar a un sitio que había cerca del hostel que se llamaba “La Panadería” (no se habían calentado mucho la cabeza). La llevaban unos mejicanos y estaba bastante concurrida por lo que decidí probar. Ya sabes eso de que si vas a un sitio y ves que la gente de la zona acude a él es por que es bueno. Y así fué. Desayuné de maravilla
De ahí, cogí el coche y de camino a los cayos. Key Largo está a poco más de una hora de Miami. El recorrido es precioso, lástima no poder para parar en los puentes que van conectando los diferentes cayos para hacer una foto. Cayos importantes, con nombre, hay pocos. Yo quería visitar los dos primeros, que son Key Largo e Islamorada. Nada más entrar al primero, veo una oficina de información, y allí que entro. Dentro hay una viejecita a la que le pregunto por la excursión del snorkel en la barrera de coral que hay en Key Largo y me indica a donde ir y me dice que por la tarde me puedo acercar a una playa (Anne Beach) en Islamorada que es muy famosa. Yo ya había leido que en Islamorada había mucha pesca y quería ir a comer allí.
Cuando llegué al lugar en el que reservar la actividad del snorkel, me dicen que no se podía hacer la excursión porque hacía bastante viento, que si quería podía hacer una hasta la barrera de coral con un barquito que tenía el fondo de cristal, que aunque no era lo mismo, estaba bastante bien. Bueno, no es lo mismo que bucear en las cristalinas aguas de Key Largo pero también puede tener su atractivo así que decido dame ua vuelta en barco. Pero el viento no amaina y comienza a preocuparme. Total, que después de esperar como 1 hora y media me dicen que también la han cancelado por culpa del viento. Lo que más me molesta no es no poder realizar la actividad. Lo peor de todo es que perdí toda la mañana…
De ahí me fui a Islamorada, sitio típico de pesca, y fui a comer a un sitio muy chulo en un muellecito llamado Hungry Tarpon y después a la playa que me había dicho la abuelita, que estaba del lado del Atlántico. Espectacular, estampa caribeña, la arena muy fina, parecía arcilla más que arena, y luego no cubría nada. Tienes que alejarte muchísimo para que te llegue a cubrir la cintura por lo que son playas ideales para ir con los niños. Estuve bañándome y tomando el sol como dos horas o así. Después volví al Hungry Tarpon a tomarme una cervecita y hacer tiempo hasta ver la puesta de sol en la parte del Golfo de Mexico, algo que me habían recomendado y que vale la pena. La gente se apartaba de la carretera para hacer fotos y ver la puesta de sol, que fué sobre las 6 y media o las 7. Espectacular.
Tras disfrutar de la puesta de sol, volví al Everglades Intenational Hostel a cenar otra vez cosas compradas en el supermercado y a dormir que, pese a no haber hecho nada del otro mundo, me encontraba cansado. Hay ratos que debes aprovechar para descansar y este hostel, con el jardincito interior que tiene y sus colchoncitos preparados para relajarte, eran el sitio ideal para mi en ese momentos. Ya vendrán días en los que no pararé. Pero por hoy ya he tenido bastante.